DIARIO DEL CONFLICTO
A las 10 horas de la mañana las sirenas comenzaron
a sonar ayer en Israel durante dos minutos
para conmemorar el asesinato de 6 millones
de judíos a manos del oprobioso régimen
nazi. El recuerdo del holocausto, sin embargo ,estuvo
acompañado de una polémica sobre acontecimientos
también dolorosos. El diario “Haaretz” publicó el
contenido de una conversación en la que Shimon Peres,
ministro de Asuntos Exteriores israelí, criticó la ofensiva
desencadenada hace trece días por Ariel Sharon. Y
en esa conversación, aparentemente privada, apareció
el término “masacre” para calificar la acción militar en
Jenín, donde, según fuentes israelíes, han muerto más
de cien palestinos.
Las agencias internacionales tradujeron las palabras
de Peres, publicadas en hebreo. Y todas las versiones
apuntaron a que el ministro laborista había calificado
de “masacre” la acción israelí. Horas después, la oficina
de Peres emitió un desmentido, en el que se afirma que
sus palabras habían sido “distorsionadas” y que, en realidad,
lo que dijo Peres fue que la acción militar podría
ser utilizada por los palestinos para acusar a Israel de
haber cometido una matanza. Todo sugiere que ese habría
sido el sentido de las palabras de Peres, según el
mismo “Haaretz”,pero no es menos cierto que la declaración
sería otra carga de profundidad, aunque una
más de las que resbalan por la ancha espalda de Sharon,
contra la operación.
Peres es la voz moderada que escuchará Colin Powell,
secretario estadounidense de Estado, cuando se
reúna con los dirigentes israelíes y,como se anunció
ayer, con Yasser Arafat,presidente de lo que queda de
la Autoridad Nacional Palestina. Pero Peres sólo es la
voz,no el voto decisivo en el Gobierno de
unidad nacional presidido por Sharon,
quien ayer,tras la muerte de trece soldados
israelíes en una emboscada en Jenín,
anunció que la ofensiva militar proseguirá.
Los israelíes comenzaron a retirarse de
Tulkarem y Kalkilia, pero ocuparon Dura,
cerca de Hebrón.
Arafat, mientras espera la entrevista
con Powell el próximo viernes,pudo ayer reunirse,
por primera vez en doce días,con sus más estrechos
colaboradores, entre ellos Saeb Erekat, jefe de la delegación
negociadora palestina. El objetivo de Powell, después
de que un Bush irritado lograra que Sharon comenzara
a hacerle caso, aunque posiblemente sólo por un
día,sería la consecución de un alto el fuego. Y, para el
mantenimiento de esta eventual tregua,el jefe de la diplomacia
estadounidense recuperó ayer en El Cairo
una idea que la Unión Europea propone desde hace
tiempo: la presencia de observadores internacionales,
que serían estadounidenses y británicos.
Los europeos se hacen ahora, sin embargo, la pregunta
de con quién va a compartir Sharon un eventual alto
el fuego si lo que ha logrado con su ofensiva es la práctica
destrucción de la Autoridad Palestina. Javier Solana,
alto representante europeo para la Política Exterior y
de Seguridad, criticó ayer a Sharon, al que acusó de inclinarse
por la guerra para destruir al Gobierno palestino.
A falta de mayores hechos por parte de las diplomacias
europeas, Jacques Chirac hizo ayer otro gesto histórico
al protagonizar la primera visita de un presidente