El Partido Socialdemócrata, gran favorito, se beneficia del ansia de cambio y de la incertidumbre sobre el futuro
Un inmenso edificio de ladrillo ennegrecido, en las proximidades de Alexanderplatz, de Berlín Este, se ha convertido en el hipotético punto de encuentro, según todos los sondeos electorales, de las dos Alemanias surgidas de la Segunda Guerra Mundial. Es la sede del Partido Socialdemócrata (SPD), el grupo político que to>dos los pronósticos coinciden en señalar como el vencedor de los próximos comicios germanorientales del 18 de marzo. El inmueble, en plena fase de habilitación a tres semanas de las elecciones ,es fiel reflejo de la imagen contradictoria de los socialdemócratas: influyentes como ningún otro partido y con unas estructuras de barro, apresuradamente levantadas en las últimas semanas con el apoyo de sus hermanos ideológicos de la República Federal de Alemania (RFA).