La Alianza para Alemania, una coalición de tres partidos, entre el pasado y las prisas del presente
“No te preocupes, Él puede hacerlo todo”. El cartel que cuelga de las paredes evangélico Rainer Eppelmann, uno de los líderes de la revolución de terciopelo iniciada en Leipzig contra el régimen comunista de la República Democrática Alemana (RDA), no daría lugar a ninguna duda sobre a quién se refiere si no fuera porque algún seguidor del reverendo ha pegado la imagen del líder sobre el poster. “Evidentemente es una broma”, afirma uno de los jóvenes colaboradores de Eppelmann, que obedecen sin chistar todas las indicaciones del pastor.
El domicilio del pastor Eppelmann, junto a la Iglesia del Buen Samaritano, en el barrio de Friedrichshain de Berlín Este, es un hervidero, con periodistas occidentales esperando que el pastor les conceda unos minutos mientras ultima los detalles del viaje que al día siguiente, en su calidad de flamante ministro, le llevará a Varsovia acompañando al primer ministro germanoriental, el comunista Hans Modrow.