XAVIER BATALLA
SÁBADO, 15AGOSTO 1998
Terrorismo es un término acuñado durante la Revlución Francesa. En el suplemento de 1798 del “Dictionnaire de l’Académie Fran çaise” se define el terrorismo como “systéme, régime de la terreur”. Sin embargo, y pese a esta definición de la que los jacobinos se mostraron en principio orgullosos, el primer obstáculo con el que se topa al analizar el terrorismo es la imposibilidad de dar con una definición que precisamente abarque todo.
La complejidad del terrorismo no viene dada sólo por sus métodos, sino porque tampoco es únicamente una técnica de lucha armada. El terrorismo moderno tiene poco en común con las primeras acciones de este tipo que recuerda la historia: el activismo de los sicarios, secta religiosa establecida durante la rebelión de los zelotes en Palestina, en los años 6 y 7 de la era cristiana. El terrorismo moderno puede dividirse en dos grandes apartados: el que surge en las sociedades democráticas, tanto si es contra la misma democracia como si pretende la consecución de unos derechos nacionales, y el que procede del Tercer Mundo, cuyos orígenes cabe situarlos a menudo en la obsesión por devolver la factura al colonialismo.
La guerra fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética fue un periodo culminante del terrorismo. Pese a las diversas causas que dieron vida a múltiples tipos de terrorismo, lo que prevaleció en el debate sobre el fenómeno fue el convencimiento occidental de que se trataba de una nueva forma de guerra, promovida por Moscú y perpetrada por grupos heterogéneos, para obtener una victoria en la era del equilibrio del terror atómico.
Este terrorismo de la guerra fría guardó ciertas similitudes con el terrorismo revolucionario ruso de finales de siglo. Cuando, en 1878, Vera Zassoulitch asesina al general Treptof, gobernador de San Petersburgo, la acción desencadena una oleada de atentados en Rusia que culmina en el asesinato del zar Alejandro II. Este terrorismo procede del catecismo revolucionario de Bakunin y tiene en el grupo Narodnaia Volia (Voluntad del Pueblo) su expresión orgánica.
Pero una vez desaparecida la URSS, el terrorismo ha cambiado. Y los atentados contra las embajadas norteamericanas en Nairobi y Dar Es Salam son una prueba. Este terrorismo, según los expertos, sería producto de una evolución similar a la experimentada por los guiones de James Bond, en los que un multimillonario, malvado y lunático, ha sucedido a Moscú como amenaza. Los métodos se parecen, pero lo preocupante es que el terrorismo de antes, que aún queda y es igualmente asesino, decía querer cambiar el mundo; el nuevo terrorismo actúa, de África a Estados Unidos, como si el mundo ya no tuviera remedio.
Artículo completo: LVG19980815-Otro tipo de terroristas