Londres rompe relaciones diplomáticas con Siria por implicaciones terroristas
Londres. (De nuestro corresponsal) – El Reino Unido rompió ayer sus relaciones diplomáticas con Siria por considerar que existen pruebas concluyentes” de su implicación en el atentado terrorista fallido que Nezar Hindawi de nacionalidad jordana, perpetró el pasado 17 de abril contra la compañía aérea israelí El Al en Londres. El Gobierno británic anunció su decisión inmediatamente después de que el juez William Mars—Jones condenara 45 años de cárcel al jordano Hindawi, bajo la acusación de preparar un atentado contra un avión israelí con 375 personas a bordo, entre ellas su novia.
El titular del Foreign Office. Sir Geoffrey Howe, que anunció la ruptura de relaciones en la Cámara de los Comunes. afirmó que la medida responde al papel desenpeñado por Siria en el atentado de Heathrow. “Existe una prueba concluyente de que un funcionario sirio estaba relacionado con Hindawi”, dijo Howe en una clara alusión al embajador de Damasco en Londres, Lutof Haydar, al que se le ha fijado un plazo de 14 días para cerrar la legación diplomática y convertirse en el primer embajador en ser expulsado de Gran Bretaña por una cuestión criminal. Haidjvj negó toda implicación manteniendo que todo el asunto es “un montaje de los servicios norteamericanos e israelíes”.
Estados Unidos decidió ayer retirar a su embajador en Siria como muestra de solidaridad con Gran Bretaña. El portavoz presidencial. Larry Speakes, anunció a bordo del “Air Force One” la decisión norteamericana. También Canadá llamó a consultas a su embajador en Damasco. según anunció el ministro de Asuntos Exteriores, Joe Clark, quien dijo que “Canadá apoya totalmente la acción adoptada por Gran Bretaña”.
Durante los trece días que ha durado la vista contra Hindatvi., la acusación ha presentado como principales pruebas el pasaporte oficial sirio que utilizaba y el visado que Damasco solicitó para que pudiera entrar en el pais.
Para perpetar el atentado, Hindawi se evadió de su novia, Anne Murphy, de 35 años, una camarera irlandesa y embarazada de siete meses. El terrorista introdujo en su equipaje, sin que ella lo advirtiera, una bomba de plástico. Pero el artefacto fue descubierto por los servicios de seguridad de El Al. después de que Murphy superara los controles británicos. Hindawi pudo escapar pero su novia fue detenida y trasladada a una Comisaría, donde colaboró en la identificación del terrorista que fue detenido en el mes de junio. un hermano de Hindawi se encuentra detenido en la República Federal de Alemania acusado de participar en el atentado contra una discoteca de Berlín Occidental en el pasado mes de abril costó la vida a dos norteamericanos.
XAVIER BATALLA
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Una valiente decisión de consecuencias imprevisibles
Londres. (De nuestro corresponsal.)La ruptura de relaciones entre Gran Bretaña y Siria anunciada ayer por el Gobierno conservador de Margaret Thatcher, tras la condena dictada contra un ciudadano jordano al que Londres relaciona directamente con Siria en la preparación del atentado frustrado contra un avión de la compañía aérea israelí El Al el pasado 1 7 de abril, abre un capítulo de consecuencias imprevisibles en la historia del terrorismo internacional.
Fuentes diplomáticas londinenses indicaron anoche, al anunciarse el viaje del ministro británico de Asuntos Exteriores, sir Geoffrey Howe, a Luxemburgo para presidir el consejo de Ministros de la CEE. que Gran Bretaña pedirá a los Doce que respalden su actitud e impongan sanciones a Siria. En este sentido se ha pronunciado también el ministro francés de AA.EE., Jean-Bernard Raimond, al decir ayer noche que los países de la CEE analizarán la ruptura de relaciones entre Londres y Damasco aunque se trate de un asunto de responsabilidad exclusivamente británica.
La decisión británica de denunciar a un Estado como inspirador del terrorismo se basa en unas pruebas que ni Estados Unidos ni Francia han podido conseguir hasta ahora para avalar sus denuncias.
En el caso del ataque norteamericano perpetrado en la madrugada del pasado 1 5 de abril contra territorio libio, la intervención militar se desencadenó después que la Administración Reagan acusara al régimen del coronel Gaddafi de estar detrás del atentado que costó dos vidas en una discoteca ‘de Berlín Occidental frecuentada habitualmente por ciudadanos y personal militar norteamericano. Pero las pruebas que al principio parecían inequívocas quedaron al final en una nebulosa, al tiempo que los aliados europeos de Washington, con la notable excepción de Gran Bretaña, se reafirmaban en sus críticas al método empleado para combatir el terrorismo.
En lo referente a Francia, cuya capital sufrió una larga y sangrienta serie de atentados a mediados del tasado mes de septiembre, la retórica fuerte que inicialmente utilizó el Gobierno del neogaullista, Jacques Chirac, contra los Estados que eventualmente se hallaban detrás del terrorismo, dejaron pronto paso a las maniobras diplomáticas tendentes a explorar el camino de Damasco y asegurar la supervivencia de los ciudadanos franceses que permanecen en Líbano como rehenes de diferentes grupos integristas islámicos. En cualquier caso, las acciones del Gobierno francés sirvieron, tras los atentados perpetrados para reclamar la liberación de Georges Ibrahim Abdallah, encarcelado en Francia desde 1984, para añadir más leña a la controversia sobre la diplomacia secreta de algunas cancillerías occidentales con los países a los que se tiene, a nivel oficioso, por instigadores del terrorismo.
El atentado contra El Al
El atentado fallido en el pasado mes de abril, cuando Nezar Hindawi, de 32 años y nacionalidad jordana, intentó, a través de su novia, una irlandesa de 35 años, hacer estallar en pleno vuelo un avión de la compañía israelí El Al, es una crisis que se ha gestado por etapas y con enorme paciencia entre Siria y Gran Bretaña. El penúltimo episodio de esta crisis se remonta a principios de mayo, cuando el Gobierno conservador de Margaret Thatcher decidió expulsar a tres diplomáticos sirios acreditados en Londres a consecuencia de la negativa de la Embajada de Siria a retirarles la inmunidad diplomática para que pudieran ser interrogados sobre el paradero de Hindawi. El Foreign Office dio entonces un plazo de siete días a los tres diplomáticos sirios—identificados por la policía británica como Alimed Abdul Latif, Munir Muna y Zaki Oud— para abandonar el país. La respuesta siria, sin embargo, no se hizo esperar. Al día siguiente, Damasco ordenó la expulsión de otros tres diplomáticos del Reino Unido.
Cinco meses después, y tras la detención en junio de Hindawi, el tribunal de Londres que ayer condenó al ciudadano jordano a 45 años de cárcel por conspirar para hacer estallar en pleno vuelo a un avión de la compañía El Al, aportó como pruebas el pasaporte oficial sirio que poseía Hindawi y el visado que la Embajada de Siria le proporcionó a instancias, al parecer, de altas jerarquías del régimen de Damasco para que pudiera entrar en Gran Bretaña. El embajador sirio en Londres, Lutof Haydar, que fue convocado ayer en el Foreign Office para comunicarle la decisión de expulsión, se reafirmó en que todas las acusaciones según las cuales Siria se hallaba detrás del frustrado atentado eran “un montaje de los servicios norteamericano e israelí”.
La política occidental
En la reunión en la cumbre celebrada el pasado mes de mayo en Tokio por los siete países más industrializados de Occidente fue aprobada, a petición de Estados Unidos, una resolución en la que se contempla una serie de medidas a adoptar contra el terrorismo y contra los países que le dan respaldo. En aquella ocasión, el único país que fue citado explícitamente como instigador del terrorismo fue la Libia del coronel Gaddafi. Ahora, el régimen sirio, que es una de las piezas claves en el conflicto de Oriente Medio, aparece relacionado por primera vez con el terrorismo de una forma oficial.
Tras la expulsión de tres diplomáticos sirios de Londres, el ministro israelí de Policía, Chain Bar Lev, manifestó el pasado mes de mayo que “si se encuentran pruebas claras que demuestren la implicación de Damasco en actos terroristas, Israel tomará represalias contra Siria”. Y aunque las autoridades israelíes habían acusado en varias ocasiones a Siria como instigadora de este atentado frustra do y también de otros ataques terroristas internacionales, ayer, por el contrario, el Gobierno israelí se mostró cauto
XAVIER BATALLA
La Vanguardia, 26-10-1986